"No tengo por qué pedir perdón", dijo el sacerdote salteño acusado de abuso sexual

Declarándose como un "servidor de dios" y en un claro testimonio religioso, habló sobre su obra e hizo un repaso histórico para destacar "todas sus obras" y advertir que en todos estos años "no tuvo nunca una denuncia de estas". Y aseveró que el daño no es a él, "sino a los inocentes y a la iglesia" .

En cuanto a cómo comenzó el Instituto aseveró que "Jesús nunca rechazó a nadie entonces dije, por qué voy a rechazar yo?" y aseveró que muchos de ellos provenían de familias humildes por los que se los ayudaba. Y comparó con la realidad actual del Instituto: "Muchos siguen viniendo a preguntarme: ay padre cuando hará los encuentros, ¿y  el comedor?. Los donantes ya no colaboran en la parroquia, algunos me preguntaron les dije que sigan colaborando. Ya no tenemos todo esto porque un grupo decidió hacer esto, " indicó en referencia a lo que señaló como "un complot". "Otra cosa que descubrí es que muchos querían estar al lado mio, no como colaboradores, sino como trepadores", agregó.

El sacerdote además se mostró enojado con la prensa. "Los diarios y los periodistas han hecho lo que han querido, personas que sabían que era una persona honorable, destruyen , yo puedo soportar, peor no me destruyen a mi, toda la gente inocente. Tienen mucha fuerza la prensa, doblegan muchas voluntades", resaltó. En este tramo de su declaración  se refirió a la periodista de TN que sacó el caso a la luz: "Yo no tuve el apoyo que tuvo esta gente de Monica Lewin, Zarsa dejó de ser católica para ponerse un pañuelo verde y tener el apoyo de ahí", advirtió.

En cuanto a las confesiones, aseveró que no podía darle la confesión a sus súbditos. "Escuchaba lo que decían y pensaba : ay dios, para ti señor estas flores" y  aseveró que en sus meses en la cárcel le ofreció todo lo que pasaba a dios.

"Yo desearía pedir perdón , me dijeron pedí perdón, y el perdón enaltece, pero de que pediré perdón si no existieron", se defendió.