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Suecia: en el país sin confinamiento supera los contagios por coronavirus

En la última semana tuvo más de 6 mil nuevos contagios.

Mundo 23 de junio de 2020
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Coronavirus en Suecia

Los números, incluso los de la epidemia del coronavirus, que a veces parecen tomados con pinzas, son tozudos. Mientras la inmensa mayoría de Europa está ya en distintas fases de la desescalada, en Suecia todavía hay dudas de si empezaron a descender la famosa curva de la epidemia. El país escandinavo es ya, según los datos del centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC), el segundo con una mayor tasa de positivos por 100.000 habitantes (550,3). Solo en Luxemburgo es mayor (674,5), pero se trata de un país de apenas 670.000 habitantes (Suecia ronda los 11 millones) con un total de 4099 casos, según la última lista del ECDC. Suecia reconoció 6395 nuevos positivos solo en la última semana.

El 18 de junio, las autoridades suecas reportaron más de mil nuevos casos. Ese día la tasa sueca superó por primera vez a la belga y a la española. La lista de países más afectados está hasta el domingo así: Luxemburgo, Suecia, Bélgica (530) y España (526). La media europea está en 282,7. Ese día también fue el que más casos se reportaron en el mundo: 181.232, según la OMS.

Pero estos datos son acumulados desde el inicio de la epidemia. Si se toman los valores de la última semana, que indica mejor el estado actual de la pandemia, el que más nuevos casos comunicó es el Reino Unido (8865), seguido de Suecia (6359). Se trata de dos países que al principio de la expansión del coronavirus intentaron estrategias similares: evitar los confinamientos y confiar en que los sucesivos contagios entre la población –aun a riesgo de elevar el número de muertes– crearan la llamada protección de rebaño, que se da cuando un porcentaje importante de los habitantes (por encima del 60% o 65%) ya pasaron la enfermedad y, por lo tanto, tienen una inmunidad adquirida, aunque no sea permanente, que corta la circulación del virus.

El Reino Unido, cuyo primer ministro, Boris Johnson, tuvo que ser internado en terapia intensiva el 6 de abril afectado por COVID-19, cambió de política el 20 de marzo y estableció confinamientos y limitaciones a la movilidad (aún exige cuarentena para entrar en el país). Suecia no impuso más restricciones que cerrar los centros educativos para los alumnos de más de 16 años. Bares, restaurantes, gimnasios, bibliotecas y todos los demás establecimientos siguieron abiertos, y se recomendó no reunirse en grupos de más de 50 personas.

 .Los bares y restaurantes nunca cerraron en Suecia, a pesar de la pandemia. (Foto: AFP/Jonathan Nackstrand)
El caso sueco fue muy estudiado y criticado. El pasado 12 de junio la revista British Medical Journal (BMJ) publicó un artículo titulado "¿Tuvo éxito la controvertida estrategia sueca contra el coronavirus?" donde levantaban las críticas de epidemiólogos y otros especialistas al país por usar esa estrategia. En él se cuestiona al responsable de esta actuación, el epidemiólogo Anders Tegnell, que ya el 26 de abril dijo que la curva de contagios en el país estaba descendiendo. La autora del trabajo, Heba Habib, destaca cómo “los números iban a demostrar lo contrario” y cita, por ejemplo, que en la semana del 25 de mayo al 2 de junio, Suecia tuvo la mayor tasa de mortalidad de Europa, 5,29 por millón de habitantes. El segundo fue el Reino Unido (4,48). Además, tampoco se consiguió la ansiada protección de rebaño. El 11 de mayo la OMS calculó que menos del 10% de la población tenía anticuerpos (un porcentaje en el rango de los casos de España y Francia). Un estudio del 20 de mayo calculó que la inmunidad en Estocolmo, la ciudad más afectada, estaba en el 7,3% de la población. El 2 de junio el primer ministro, el socialdemócrata de Stefan Löfven, admitió fallos en la estrategia y anunció una investigación interna.

La situación sueca fue tan diferente que el jueves 18 de junio un pueblo de la Laponia, Gällivare (8500 habitantes), causó una conmoción al ordenar el cierre de museos, piletas, bibliotecas y la suspensión de algunas líneas de colectivos. La zona había detectado 31 positivos, y una nota del Ayuntamiento hablaba de una situación descontrolada. Esa apreciación fue luego matizada por el concejal, Henrik Ölvebo, del partido verde, quien culpó al gabinete de comunicación “que, en tiempos de crisis, puede ir demasiado deprisa”. “La situación es seria, pero no incontrolable”, comentó.

Si se toma el aumento de casos por 100.000 habitantes durante la última semana, Suecia sigue en los primeros puestos. Concretamente es segunda, con una subida de este indicador del 12,8%. Solo Bulgaria experimenta una subida mayor (el 17,67%). La media europea está en el 2,48%. Y países que en el registro histórico están en los primeros puestos, si se toma la última semana, están en puestos de cola, como Bélgica (una subida del 1,1% de la tasa), Luxemburgo (1,09%), Italia (0,72%) y España (0,97%). Esto indica que fueron afectados, pero que ya es cosa del pasado y, salvo que aparezcan nuevos brotes, la epidemia está controlada. La situación de los dos países del Benelux que también están entre los de peores tasas es diferente. Una mirada rápida a las cifras podría hacer pensar que el coronavirus pasó como un ciclón por Bélgica y Luxemburgo. La primera lidera las muertes por población en todo el mundo con 84,9 muertos por cada 100.000 habitantes (9696 en total). Mientras que el Gran Ducado está en lo alto del ranking europeo en contagios.

La realidad es mucho más compleja. Bélgica apostó a un sistema de recuento de víctimas fatales propio en el que los muertos en residencias y domicilios particulares que no fueron sometidos a un test pero son sospechosos de haber padecido COVID-19 se añaden automáticamente a la estadística. Varias voces criticaron que eso expone al país a una crisis de reputación, dado que muchos análisis no se detienen en este punto y se limitan a señalar a Bélgica como líder mundial de muertos, pero el Gobierno y los expertos locales se mantuvieron firmes al considerar que el método es el mejor para presentar un retrato más real del impacto causado por la pandemia. Las comparaciones con años anteriores dan la razón al Ejecutivo: mientras en otros países las diferencias entre muertos confirmados y las defunciones respecto al año pasado son abismales, en Bélgica están casi a la par. Y prácticamente nadie en Bélgica cree que su país haya sido de verdad el más azotado por el coronavirus.

El caso de Luxemburgo es distinto. El pequeño Estado se lanzó a una ambiciosa carrera por hacer análisis a toda la población. Eso hizo emerger un mayor número de casos que en otros países con menos capacidad para hacer pruebas. Se hicieron test a casi uno de cada cuatro luxemburgueses. Como resultado, se reportaron 675 casos por cada 100.000 habitantes, más que en ningún otro país europeo. La cifra de muertes avala esa tesis, dado que pese a haber sumado más infectados por población, Luxemburgo tiene casi cuatro veces menos muertos que España en relación con sus residentes: un total de 110 víctimas fatales para 4105 casos. “Luxemburgo no tuvo muchos muertos porque no hay ciudades con alta densidad. Es cierto que se retrasaron en su promesa de hacer test a todos, pero la sensación entre la gente es que se actuó bien”, explica Diego Velázquez, periodista del Luxemburger Wort.

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