¡Nuevos cacerolazos frente a la Quinta de Olivos!

Una nueva jornada de protestas se vivió este jueves frente a la Residencia de Olivos tras los anuncios de ayer del presidente Alberto Fernández en los que decretó la suspensión por 15 días de las clases presenciales y la restricción nocturna entre las 20 y las 6, entre otras medidas.

Vecinos y vecinas se acercaron a las inmediaciones de la Quinta presidencial junto a sus hijos e hijas, con los que golpearon cacerolas y reafirmaron su descontento frente a la decisión del cierre de escuelas por dos semanas.

Al mediodía también se había congregado en el mismo lugar personal gastronómico, en contra del cierre de comercios a las 19 (luego solo pueden trabajar por delivery o entrega a domicilio).

La decisión política sobre las clases

El presidente admitió haber escuchado posturas opuestas a su decisión, incluso puertas adentro de su Gabinete, pero reafirmó que esta vez optó por fijar su propio criterio ante la gravedad de la situación, a diferencia de las oportunidades anteriores, en las que fueron consensuadas “todas las medidas”.

Con todo, la máxima autoridad sanitaria del Gobierno, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, remarcó que la suspensión temporaria de las clases se encuadra en un “paquete de medidas restrictivas” con las que espera bajar el nivel de contagios y explicó que, si bien la infección “no está en las aulas”, sí “se genera alrededor de las clases”.

Por su parte, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, adelantó hoy que la Ciudad presentará un amparo ante la Corte Suprema contra el cierre temporal de las escuelas dispuesto por el Gobierno nacional, aunque pidió una instancia de diálogo previo con Fernández, que se concretará mañana en la Quinta de Olivos.

Además, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, desafió hoy a “los que andan con las cacerolas” a que “vayan a ver lo que pasa en los hospitales de la provincia, ¿o donde creen que se van a internar si se contagian?” el coronavirus, al reivindicar el sistema sanitario de su distrito frente al esquema “saturado” de la Ciudad de Buenos Aires.